El domingo fui con los niños y disfrutamos de las rosas, de las plantas aromáticas y de todas las demás flores que hay allí. Creo que les gustó a pesar de que no había zona de juegos infantiles (o, al menos, no la encontramos). Cuando una cosa nos gusta a nosotros es fácil hacer que les guste a los niños, sólo con la forma en que lo miramos, en que les hacemos mirarlo y les mostramos la belleza, sólo con eso ya hace que sea especial también para ellos.











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