El domingo fuimos a pasear por el Parque de Cervantes. Yo iba de pequeña con mi abuela. Supongo que me gustaba ir, porque recuerdo que yo le pedía que me llevara.
El domingo fui con los niños y disfrutamos de las rosas, de las plantas aromáticas y de todas las demás flores que hay allí. Creo que les gustó a pesar de que no había zona de juegos infantiles (o, al menos, no la encontramos). Cuando una cosa nos gusta a nosotros es fácil hacer que les guste a los niños, sólo con la forma en que lo miramos, en que les hacemos mirarlo y les mostramos la belleza, sólo con eso ya hace que sea especial también para ellos.
lunes, 28 de mayo de 2007
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